Lo que más me angustia de existir, es el paso del tiempo. En
lo que me lleve escribir este pensamiento, se habrán consumido sesenta
segundos que ya nunca volverán. Mientras discurro, un
minuto de mi vida se está marchando para siempre, o para nunca, quien sabe.
Adiós, tiempo. Te llevas contigo parte de mi historia, unos cuantos latidos de mi
corazón, y algún que otro miedo que hace un minuto no quería, pero por el que
ahora lo daría todo.