sábado, 2 de junio de 2012

A las 6:32


A las 6:32 el planeta Tierra me ha regalado un trueno de proporciones descomunales. El estruendo ha sido tan grandioso, que durante un segundo parecía el final de todo. La colosal onda sonora ha golpeado mi tímpano  con tal fuerza, que todavía estoy temblando de felicidad y  mis yunques, y mis martillos y mis estribos, casi se han roto. Como la tormenta estaba sobre la vertical de mi posición, el relámpago ha explotado al unísono. Los tropecientos mil trillones de billones de millones de fotones de la brillante luz generada por el rayo, han entrado por la ventana iluminando hasta el último átomo de aire que en ese momento respiraba. ¡Que placer más grande Dios mío!.



1 comentario:

  1. Si es que no hay nada más grande que una buena tormenta joder

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