Tan amigos de prensa y televisión sensacionalista, los termómetros urbanos hacen en realidad un flaco favor a la sociedad que, desconocedora del mal funcionamiento de estos aparatos, es incorrectamente informada. La estructura de metal del que están fabricados, provoca, en el caso de incidencia del sol directo, un calentamiento del aire que circunda al sensor de temperatura, ocasionando un error de medición que puede llegar hasta los 15ºC. Me asombra que, en estos tiempos de bonanza tecnológica, proliferen en todas las ciudades estos arcaicos instrumentos de imprecisión.
Yo una vez vi uno en Córdoba que marcaba 53ºC cuando la temperatura real era de no más de 40 y había varios extranjeros haciendo fotos del termómetro
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